La Fuente de
los Inocentes se halla en una de las plazas de la zona peatonal del
centro de París.
En 1130, edificaron
en este sitio una iglesia que dedicaron a los Santos Inocentes para
celebrar a un tal Richard, crucificado por los judios. El ábside
de la iglesia estaba más o menos en la parte Este de la plaza
y su entrada se hallaba en medio del cementerio que la rodeaba.
Abierto a los
cuatro vientos, este cementerio servía para las citas galantes
de las mujeres de la vida y en 1186 el rey Philippe-Auguste hizo construir
un muro alto para cercarlo.
Pero eso no
cambió la importancia del cementerio: por su posición
central, recibía los cadáveres no sólo de la parroquia
sino también del hospital vecino y de todas las parroquias de
París que no tenían cementerio propio. Tenía muy
buena fama e incluso decían que la tierra de este lugar "digería"
un cadáver en apenas 9 días.
¡Pura leyenda!
En 1780, el
suelo saturado se había elevado de casi 3 metros y el cementerio
empezaba a desbordar por todas partes. Entonces en 1786 empezaron las
obras de demolición de la iglesia y de traslado de las osamentas
hacia las Catacumbas.
El espacio liberado
fue luego utilizado para un mercado hacia 1858 y al final para la plaza
que conocemos hoy.
La fuente fue
edificada en 1549 por Jean Goujon.
Inicialmente, reemplazó una vieja fuente regalada por Saint Louis
al pueblo de París y se apoyaba en el muro de la iglesia.
Cuando derribaron la iglesia, conservaron la fuente y la trasladaron
en el centro del mercado. Pero fue preciso transformala y en 1788 fue
cuando Pajou le añadió una cuarta cara respetando el estilo
inicial.
Y ahora pregunto:
¿Cuantas de las personas que vaguean un rato sentadas en las
escaleras de la plaza saben que están encima de un antiguo cementerio?