Bastille

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La Ópera Bastille

La ópera Bastille forma parte de las "grandes obras" decididas por el presidente François Mitterand.

En aquel entonces se trataba de crear un espacio extra, complementario de la ópera Garnier, moderno y popular, y el espacio que ocupaba una antigua estación de trenes de cercanías en la plaza de la Bastille fue elegido para este nuevo proyecto.

Organizaron un concurso de arquitectura y así es como seleccionaron a Carlos Ott.

En la muy simbólica plaza de la Bastille, este arquitecto uruguayo supo inventar una solución realmente acertada.
La fachada curva de su edificio se ajusta perfectamente a la forma irregular de la plaza, proporcionando un enlace interesante entre el viejo barrio popular del Faubourg Saint Antoine y la muy haussmaniana calle de Lyon.
El diseño del edificio evita la monumentalidad aplastante y la presencia de varios volúmenes lo vuelve a la vez familiar y fácil de entender. La parte redonda alberga la gran sala y las partes rectangulares corresponden a los locales técnicos.
Algunos elementos simbólicos completan esta escritura arquitectónica. La escalera dibujada en la fachada invita a elevarse por medio de la cultura. La gran escalera gris y su arco negro añaden un toque de gala a la entrada de este lugar de fiesta.

La construcción del edificio empezó en 1984 y la ópera fue inaugurada el 14 de Julio de 1989, para celebrar el bicentenario de la Revolución Francesa. ¡Todo un símbolo!

A lo largo de los años el edificio padeció varios avatares pero hoy en día se arreglaron los principales problemas y esa joven institución encontró su espacio en el amplio panorama cultural parisino.