Marcel Aymé
es un autor polifacético: Hay una distancia enorme entre
el cinismo desencantado de novelas como "Uranus" y la
mezcla de fantasía y de ironia de sus cuentos.
Uno de sus personajes
más famosos es el "pasa-muralla", un ser que
tiene el don de atravesar las paredes. Y los habitantes de Montmartre
colocaron una estatua de este personaje al pie del edificio donde
vivía Marcel Aymé, último homenaje de este
barrio a un gran autor.
El personaje que prefiero
es un ser ordinario a quien Dios regala una aureola por comportarse
bien. Al principio el hombre está muy orgulloso pero poco
a poco le fastidia el regalo. Entonces empieza una vida licenciosa
para que Dios le quite la aureola pero no funciona. Al final se
hace proxeneta y la marca divina le sirve por un lado para conseguir
que las "chicas" trabajen para él, por otro para
contar los billetes cuando se acaba la jornada.
¡Qué amoralidad
más deliciosa!