Me alegró
esta estatua de mago presentado como el gran persa sin igual
de no recuerdo donde, reuniendo la idea que la gente se
hacía de los magos y la moda orientalista
del siglo XIX.
Pero lo que realmente
me impresionó fue la colección de cajas que los
hechiceros suelen utilisar para cortar a su compañera
en trozos o conseguir que desaparezca.
Pero el mago de guardia
no las probó con los visitantes.