En esta misma estación,
el techo se apoya en un conjunto de pilares de tamaño impresionante.
Unos dirán que
se trata de un templo moderno pero si se trata de elegir lugares
de culto prefiero la vieja basílica
de Saint-Lazare.
En cambio lo que me
gusta mucho es el conjunto de pasarelas que permiten contemplar
los andenes desde arriba.
Como en todas las estaciones
de esta línea, uno tiene una asombrosa sensación
de espacio.