Aquí imaginaron
un gran pozo que deja entrar la luz natural hacia el quinto nivel
bajo el suelo y el platillo volante se comporta como una
lentilla que capta esta luz.
Este pozo no solo ilumina
las salas de entrada y de enlaces. También permite al usuario
de ubicarse mejor en el laberinto subterráneo.
Curiosamente, aunque
este problema de ubicación del usuario sea identificado
desde mucho tiempo, este pozo, abierto en 2003, es la primera
realización de este estilo. Fue todo un acierto y uno de
los proyectos de reforma de la zona de Les Halles se apropió
este concepto.