En la tranquila avenida
Junot, justo al lado de la muy sobria casa
de Tristan Tzara, una cara risueña adorna la parte
alta de una elegante construcción diseñada en 1925
por el arquitecto Pierre Boudriot.
Esa cara y sus demás
cómplices señalan que allí fue donde se instaló
el dibujante Francisque Poulbot
cuando llegó el éxito.