La calle del Chevalier
de la Barre es una de las que prefiero por varias razones.
Primero porque lleva
el nombre de un señor cuya historia
es impresionante.
Segundo
porque es una calle que conservó su aspecto antiguo, con
adoquines, escaleras irregulares e incluso una barandilla, por
si te cuesta subir.
Tercero porque esta
calle es exclusivamente peatonal.
Si quieres subir al
Sagrado Corazón, es un trayecto suave y agradable, que
empieza en la calle Ramey.
¡Animo! Si lo
haces de noche, arriba te espera una
sorpresa.