Además de los
problemas propios de los edificios de esta altura, sus diseñadores
tuvieron que arreglarselas con la naturaleza del subsuelo y la
presencia del metro debajo de la torre. Basaron la torre en 56
pilares que se hunden a 62 metros en el suelo.
Cuando fue levantada,
era el edificio de vidrio y acero más grande de Europa
y como siempre en París, el proyecto provocó toda
una polémica. Pero ahora la torre forma parte del paisaje
parisino. Incluso se puede visitar la planta 56 y desde esta altura,
si hay suerte, descubrir otra imagen de la Capital.
Lo que más me
gusta de la torre es la leyenda del músico famoso. Dicen
que compró una de las plantas. Dicen que tenía un
piano de cola de tamaño desmedido, tanto que ni entraba
en cualquier de los 25 ascensores, ni pasaba por las escaleras.
Entonces dicen que instalaron el piano durante la construcción,
al llegar a la planta del músico, y que siguieron levantando
la torre alrededor del instrumento...
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