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Cité de
la Roquette
Era un sábado
soleado; no tenía ganas de meterme en el Metro, perdiéndome
las luces del fínal de la tarde, así que hice el
camino al revés, de Bastille hacia Voltaire, mientras todos
sabemos que la obra de Voltaire inspiró la toma de la Bastille...
El auténtico
paseante que llevó por dentro, despertó al divisar
este curioso letrero al fínal de una callejón sin
salida.
Llegaba la hora de disfrazarse, vistiendo ese "traje anodino"
del Despistado ordinario.
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La verdad es que la
casa del letrero no tenía desperdicio. Una mezcla bastante
acertada entre cutre construcción de ladrillos, detalles
"Arte nuevo" y otros más "góticos".
Mi Yo explorador se
quedaba perplejo:
"¿A quién pertenecerá una casa así?".
El caso es que este
Yo es bastante distraído, así que soltó la
pregunta en voz alta, y justo cuando una persona salía
del patio de la casa.
El hombre se puso a
reir al oir la pregunta lanzada al viento, y me contestó
al pasar:
"¡Pues es mía!"
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Mi Yo atrevido interpretó
esta respuesta como una invitación a entrar.
No sé por qué
mis otros Yos no le llevaron la contraria.
Solo sé que
entré en el patio de la casa del Señor Gladieux,
"Luthier", es decir Artesano fabricante de violines
y demás instrumentos de cuerda.
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Desde el patio, el
carácter gótico de la casa se hacía más
evidente.
Probablemente por la
forma de las ventanas, y por la presencia de vidrales donde uno
espera cristales ordinarios.
Mi Yo educado ya estaba
refunfuñando:
"eso de plantarse en mitad de un patio privado, y de mirar
como lo haces NO se hace..."
Le amordacé
y di la vuelta para contemplar la otra parte del patio.
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El típico conjunto
de talleres del siglo pasado, con ventanas gigantes para tener
más luz...
El cielo ya estaba
blanqueando, y su pálido reflejo en los cristales me recordó
que antes de extraviarme estaba "cazando" los azules
del fínal de la tarde...
Di otra vuelta y segui
mi camino, rumbo al azar.
¡Hasta luego
Señor Gladieux, y gracias por la visita!
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