Si la tienda de "jewish
delicatessen" me dejó perpleja, constaté
que el "Rey del Falafel" seguía atrayendo
a muchos clientes.
Y
si aprecié el sincretismo de la "kosher pizza",
lo que más me alegró fue encontrar un ejemplar
de "la Torah para dummies" en el escaparate
de una librería.
Pero no me arriesgué
a probar los postres sefarditas.