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El "Village Saint-Paul"

El espíritu del lugar es más fácil de percibir cuando uno llega por la calle Saint-Paul.

Desde la entrada que se halla en el número triple 23-25-27, es evidente que en estos patios uno encontrará tiendas de antiguedades. Pero también se instalaron artesanos de arte, galerias e incluso la Asociación para el Desarollo de la Animación Cultural, apoyada por el Municipio de París.

 

Lo cierto es que los patios tienen un toque curado muy agradable.

Yo pasé por aquí al final de un frio mes de Enero y todavía lucían las decoraciones navideñas.

Pero en cualquier momento se nota cierto refinamiento.

 

Incluso las tiendas que se disfrazan de chamarileos son mucho más sofisticadas que las que se ven en las típicas "Brocantes" parisinas.

¿Será por la manera de destacar los detalles?

 

Algunas otras tiendas no se disfrazan y anuncian claramente su especialización.

Mandarine se dedica a los muebles y lámparas de los años 1930 a 1940.

Pero también encontrarás especialistas de otras épocas o de otros objetos.

 

A mi me gustó mucho el tranquilo salón de patio que instaló el dueño de esta tienda.

La verdad es que vende antiguos utensilios de cocina. Pero lo instaló todo como si fuera para su uso propio.

Otro detalle...