En 1926 fue cuando
se acabó la construcción.
El primer dueño
falleció pero el negocio
de antiguëdades permanece y el espacio sigue presentando
colecciones de objetos de arte orientales.
Personalmente descubrí
este edificio al explorar los
discretos encantos del distrito 8 y confieso que no lo visité.
Pero tras varias horas caminando se atenua la curiosidad.
En cambio me encantó
encontrar esta huella china en el muy conformista distrito 8.