En 1834 fue cuando
el prefecto Rambuteau se enfrentó al problema de los meones
y dotó París de una colección de edículos
especializados.
Bautizados "vespasiennes"
en homenaje al emperador Vespasien que inventó un impuesto
sobre las orinas, estos edículos
de acceso gratuito se multiplicaron. Pero en 1961 fue cuando el
Municipio parisino decidió reemplazarlos por retretes subterráneos.
Entonces estos edículos
desaparecieron poco a poco y el ritmo se aceleró cuando
empezaron a instalar estas cabinas de pago y autolimpiables bautizadas
"sanisettes".
Ahora sólo queda
una vespasiana en París y se halla al pie del alto
muro de la carcel de la Salud (¡no es broma, así
se llama!).
Algunos dicen que es
para que los detenidos puedan aliviarse gratuitamente cuando los
liberan. Otros pretenden que sirve a los carceleros cuando patrullan
alrededor de la carcel. Pero basicamente son muy pocos los usuarios...