en el Metro

Un Monumento con Ruedas

Como lo imaginaba, la diferencia esencial entre las dos categorías es el tipo de asientos.

¡Madera en segunda clase,
moleskina rellenada en primera!

El tamaño de los asientos no es muy diferente y si uno disponía de más espacio en primera clase era porque menos gente la frecuentaba.

Esa noche no había categorías y mucha gente intentó encontrar un asiento en el vagón rojo.

 

Yo no había seguido el rebaño y ya estaba admirando este espacio cuando llegaron los primeros viajeros.

Total pude elegir y escogí uno de los asientos solitarios.

La recomendación fijada encima de mi cabeza fue otro tema de perplejidad.

"Prohibido fumar y escupir"

Eso de no fumar, a lo largo, ya llegó hacia mi cerebro. Pero nunca había visto eso de no escupir y lo apunté para enseñarlo a los que consideran que es uno de los defectos de la "gente de fuera".

 
 

Mi último momento de contemplación fue dedicado a la puerta del vagón.

Noté la presencia de la sigla de la CMP, la primera compañía que explotó el metro parisino. Admiré la cerradura y, por las indicaciones fijadas encima de la puerta, constaté que el vagón solía circular por la línea 2.

Sólo faltaba salir de viaje en este monumento con ruedas.