El segundo tramo se
parece mucho al tramo principal. Amplios escaparates, embaldosados
idénticos, tímpano final con reloj, la diferencia
más evidente es la forma del techo de vidrio.
Pero esa similitud
esconde una diferencia más sutil.
En la tercera parcela
no cabían un pasaje y dos hileras de tiendas. Entonces
los arquitectos construyeron una única sucesión
de tiendas y escondieron el muro medianero detrás de los
escaparates típicos del pasaje.
Solo faltaba encontrarle
un uso a estas seudo tiendas y la solución fue inventada
por un librero.